Cuando un emigrante llega a un nuevo país, muchos son los miedos y necesidades que debe superar. Canadá aloja a miles de personas, que año tras año buscan un mejor futuro para ellos y su familia.
Pero al conversar con algunas de estos emigrantes, todos coinciden en que los canadienses son el ejemplo de la solidaridad del ser humano. Todos ellos relataron historias conmovedoras, de lo que fue su primera navidad en Canadá, resaltando el calor que diciembre les regaló, llenándolos de fuerzas y los convenció aún más de que tomaron la decisión correcta al decidir mudarse a Canadá.
Teresa Gallo
Una de estas historias es la de Teresa Gallo, quien asegura que recuerda su primera navidad en Canadá “como uno de los grandes acontecimientos de nuestras vidas, hubo sentimientos encontrados, primera vez que me separaba de mis padres, de mis hermanas, de la familia, de mis grandes amigos”.
Entre sus recuerdos, narra que hicieron una gran reunión con tres familias colombianas, compartiendo con música típica de su país y realizando sus tradiciones decembrinas. “Disfrutamos de la nieve como niños, recuerdo que fue la primera vez que nos pusimos la ropa especial para la nieve y jugamos como niños de verdad”, recalca como uno de sus memorias más preciadas.
Cuando llegó el mes de diciembre, cuenta que quedó sorprendida porque recibían cajas y cajas de mercado llenas de pavos, “llenas de muchísima comida, tanto que la primera vez que llegó una caja a la casa, yo le dije a mi hijo mayor que hablaba francés, dígales que están equivocado que acá no es y el señor dijo que era para que disfrutáramos la navidad”.
También señala que les obsequiaron a los niños juguetes impresionantes “grandes y lindos, quedamos sorprendidos de cómo nos trataron”. Otra cosa que le llamó la atención, es que las grandes cadenas de alimentos ofrecían de forma gratuita comida para todo el mundo sin distinción alguna, “eso nunca lo olvidaré”, asegura la señora Teresa.
Willian Álvarez
Otra gran historia de navidad, es la del señor Willian Álvarez, quien llegó en julio del 2016, a la casa de un amigo en Mississauga, y una de las primeras actividades a las que asistió en Canadá, fue a la de una organización que los apoyó con alimentos, ofreciéndoles ayuda a largo plazo porque su familia estaba conformada por tres pequeños niños.
“Nos daban tanta comida que no cabía en el carro”, menciona con agradecimiento, así como también la alegría que sentía al ver a sus hijos abrir cajas y cajas de regalos. “Mis hijos duraron 45 minutos, sin decir mentiras, destapando regalos; solamente destapándolos”, añade.
Para el señor Willian, su primera navidad en Canadá “ha sido la mejor navidad por el calor que recibimos de la gente, por la empatía, porque pienso que los niños fueron los que abrieron los corazones de todas esas personas, yo sé que con los adultos también son igual, pero con los niños fue especial”.
Sumado a esto, el Gobierno le otorgó a la familia un cheque para cubrir los gastos de ropa de invierno, comida y cualquier otro gasto que necesitaran hacer. “A Carolina, mi esposa, la invitaron a un camping, no la dejaban hacer nada”, rememora, agregando que todas la mamas recibían atenciones especiales, para darles unos pocos días de tranquilidad.
“Pienso que la navidad como refugiado en este país por primera vez, fue una de las mejores experiencias que hemos tenido acá”, refiriéndose a la cantidad de ayuda que recibió de personas que acababa de conocer y que solo mostraron su solidaridad, con él y su familia.
César Rendón
César Rendón llegó a la provincia de Quebec y en la ciudad de Montreal fue su primera navidad, en 2014. Como muchos emigrantes solicitó ayuda en iglesias y ONG que atienden a las personas recién llegadas. En una de ellas, recibió la gran sorpresa que le dieron varios pavos y una cantidad de comida para pasar 24 y 31.
“En ese momento mi hijo tenía 10 años y recibió unos 40 regalos, eso fue para mi inolvidable por la solidaridad del pueblo canadiense. Hoy en día, yo voy a los supermercados y muchos lugares, y veo como la gente hace donaciones para ayudar a los inmigrantes y a los que pasan un mal momento. Eso hace que los que ya llevamos un tiempo acá, recordemos el pasado y ahora ayudemos, así como nos ayudaron a nosotros. Para mí fue una de las mejores navidades, por sentir que estaba en uno de los mejores países del mundo”.
Jorge Calvo
Al emigrar a Canadá, las familias pasan por momentos difíciles, pero al llegar la navidad todas comparten bellos momentos, como el señor Jorge Calvo, quien recuerda con alegría su primera nochebuena en el país. “Especialmente el día de la navidad, recuerdo tanto que hicieron un evento especial en el colegio de mi hijo, en donde se reunieron varias compañías y llevaron regalos, lo sorprendente es que nos llevaron regalos a toda la familia, ¡a los cuatro!”.
Durante el evento, quedaron anonadados cuando le dieron a cada integrante de su familia una bolsa “del tamaño de mi hija María Paula que tenía 12 añitos, era una bolsa blanca con los nombres de nosotros”. Dentro de estos enormes paquetes, había entre 40 y 50 regalos para cada uno de los niños y entre 25 y 30 regalos para su esposa y él.
“Ese día lloramos mi esposa y yo porque jamás en la vida, ni cuando éramos niños nos habían dado tantos regalos”. La navidad deja salir lo mejor que hay en todos, regalando amor a todo aquel que lo necesite.