El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, manifestó hace pocos días que no descarta una posible “intervención militar” en Venezuela, lo que para él signicaría el final de la crisis por la que atraviesa dicho país.
Por otra parte, China, Irán y Alemania, se pronunciaron rotundamente en contra de estas amenazas, ya que consideran que no es la salida correcta para los problemas y descontento social que afronta el Gobierno de Nicolás Maduro.
La canciller alemana, Angela Merkel, indicó que su país apuesta por “una solución pacífica de la crisis por la vía diplomática”. Asimismo, el portavoz del Gobierno de Alemania, Steffen Seibert, expresó que no está de acuerdo con la propuesta, pero hizo un llamado para restablecer el orden constitucional en Venezuela.
Seibert, también recalcó que aprueba las acciones del mandatario venezolano, aseverando que aleja “al país del Estado de derecho y de la democracia al haber despojado de poder al Parlamento elegido de forma democrática”.
El Ministerio de Asunto Exteriores de China, resaltó que es necesario respetar cada Gobierno, por medio del principio de “no injerencia” y señalaron que su descontento por las declaraciones de Trump.
El portavoz ministerial chino, Hua Chunying, enunció que “todos los países deben conducir sus relaciones bilaterales sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos del otro”.
China “siempre sigue el principio de no interferir en los asuntos de otro país”, añadió Chunying. Al mismo tiempo que pidió que el Gobierno de Maduro establezca un canal de dialogo con la oposición, que pueda generar soluciones pacíficas a la crisis.
En ese sentido, el Gobierno de Irán condenó las palabras de Trump, argumentado que no es necesaria una intervención militar en Venezuela y calificaron las palabras del presidente estadounidense como “intervencionistas y provocativas”.