Los ciudadanos de Italia, votarán este domingo una de las mayores reformas constitucionales realizadas en el paÃÂs desde 1948. El motivo de la consulta popular, es una reforma que implica fundamentalmente cambios internos en la organización polÃÂtica del paÃÂs.
Aunque esta consulta es interna, gran parte de Europa y los mercados del mundo tienen puestos los ojos sobre Italia, ya que de aprobarse esta reforma, 46 de los 138 artÃÂculos que componen la constitución italiana serán modificados, lo cual podrÃÂa traer consecuencias al manejo de las relaciones internacionales del paÃÂs.
La propuesta que debatirán los votantes, busca cambiar drásticamente el papel del Senado, es decir, limitar sus competencias, reducir el número de senadores de 315 a 100 y convertir esta institución en una cámara de representación territorial cuyos miembros no serán elegidos por sufragio directo, sino a través de los representantes municipales y regionales.
Actualmente, el sistema de gobierno italiano, funciona con lo que los expertos llaman un “bicameralismo perfecto”, una forma de distribución de autoridad, en la que el Senado y el Congreso tienen prácticamente los mismos poderes. Por su parte, los propulsores de la reforma argumentan que esta iniciativa procura reducir costes, agilizar procesos legislativos y aumentar la estabilidad polÃÂtica en Italia.
Lorenzo Codogno, execonomista jefe del Tesoro Italiano y director de la consultora LC Macro Advisers, declaró a BBC Mundo que: “La reforma mejora la actividad legisladora y simplifica los procesos. Otra parte importante son los cambios en la relación entre el gobierno central y los gobiernos locales. En estos momentos existe una zona gris enorme en la que las competencias se solapan (…). La reforma pretende cambiar de forma significativa esa situaciónâ€Â.
