Los científicos de la Universidad de Calgary han descubierto una célula que podría ayudar en la batalla contra las enfermedades cardíacas, la cual es la segunda causa de muerte en Canadá.
Un equipo de investigadores identificó una nueva célula inmunitaria con propiedades curativas en un saco que rodea los corazones de ratones y humanos. El estudio, publicado en la revista Immunity, revela que los investigadores descubrieron por primera vez la célula en ratones con corazones dañados.
“De hecho, hemos encontrado células inmunes que viven en esta área y desempeñan un papel beneficioso para ayudar a sanar el corazón después de una lesión”, dijo el autor principal del estudio y becario postdoctoral de la Universidad de Calgary Justin Deniset.
Al inyectar un gen adicional en los ratones, los científicos desencadenaron un cambio en las células, haciéndolos parecer verde fluorescente. Pudieron rastrear las células utilizando un microscopio sofisticado y vieron cómo estos puntos iluminados de color verde brillante rodeaban el corazón durante un ataque al corazón.
“[Estas células] en realidad ayudaron a reducir las cicatrices y ayudaron más al funcionamiento del corazón”, señaló Deniset. Según el experto, esto es importante porque los corazones tienen una capacidad limitada para repararse a sí mismos. Después de un ataque cardíaco, se forma tejido cicatricial, que impide que el corazón funcione correctamente y que finalmente conduzca a una insuficiencia cardíaca.
“Creemos que esto se ha perdido”, dijo el doctor Paul Kubes, director del Instituto Snyder para Enfermedades Crónicas en la Universidad de Calgary y uno de los autores del estudio. “Nadie realmente ha entrado allí y explorado los diferentes tipos de células inmunitarias”.
Los investigadores descubrieron rápidamente que las personas también tienen estas células inmunitarias en el fluido que se encuentra alrededor de sus corazones. Pero las células se desperdician literalmente durante la cirugía a corazón abierto: se succionan a medida que los cirujanos se abren paso a través del pericardio, el saco que rodea el corazón, hasta el corazón mismo.
“Desafortunadamente, porque nunca pensamos que este líquido hiciera nada, simplemente lo absorbemos… y va directamente a la basura”, dijo el Dr. Paul Fedak, cirujano cardíaco y director entrante del Instituto Cardiovascular Libin de Alberta en la Universidad de Calgary.
Ahora, los médicos y los científicos están reconsiderando esa práctica. “Tal vez el líquido tenga que estar allí. Tal vez necesitamos restaurar ese líquido. Tal vez deberíamos obtener estas células y amplificar su respuesta para que … tengamos una nueva vía para terapias potenciales”.
Según Fedak, la siguiente fase de investigación ya ha comenzado. Los científicos ahora están tomando muestras de líquidos de pacientes con diferentes tipos de enfermedades cardíacas para investigar cómo funcionan las células en las personas.