Esposos se encuentran en crisis financiera tras intervención quirúrgica de su hija

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    No puedo trabajar, pero igual mes a mes debo pagar los gastos de la familia, hogar y vehículo, es insostenible”.

    La familia Ortiz Acosta llegó a Canadá hace diez años por una oferta laboral que recibió el padre de familia, Aldo. Para el momento sólo tenía un hijo, Jesús, quien ya es un adolescente.

    Como Aldo siempre tenía entre dos o tres empleos, su esposa Elizabeth no tuvo necesidad de trabajar, así que se dedicó a su hogar y a sus tres hijos, ya que estando en Canadá tuvieron dos niñas.

    Al momento del nacimiento de la hija menor, Emily, quien ahora tiene tres años de edad, sufrió desgarramiento de tendones y otras complicaciones que comprometieron su vida, preocupados por el bienestar de su pequeña, los esposos no presentaron ninguna denuncia contra el hospital.

    Emily ya ha recibido dos cirugías de reconstrucción de tendones, e incluso le hicieron un injerto de los pies en el hombro. Los esposos Ortiz Acosta nunca tuvieron inconvenientes con su seguro médico, siempre estuvieron al día con el pago de su Health Care, así como de los demás servicios.

    Durante sus diez años en Canadá, siempre mantuvieron una conducta de bueno ciudadanos, esto los motivó a aplicar para residentes. La abogada de la familia, les recomendó que solicitaran la Visa de Turista mientras esperaban respuesta, de modo que no quedaran sin estatus o sin papeles.

    Durante este lapso, Aldo no puede trabajar porque su Permiso de Trabajo está vencido. En ese momento, la propuesta les pareció viable.

    No obstante, el pasado 17 de octubre, Emily presentó un dolor muy fuerte en su región abdominal, angustiados, sus padres la llevaron a la emergencia del Alberta Children’s Hospital, lugar donde no querían atenderla porque sus padres eran mexicanos.

    En medio de su desesperación como madre, Elizabeth amenazó y responsabilizó al médico tratante de que si a su pequeña le sucedía algo, él sería el responsable. Motivado quizás por una fuerza divina como describe Aldo, la niña fue intervenida quirúrgicamente del apéndice, solo que en medio de la cirugía percibió una bacteria, por lo que luego requirió atención adicional con antibióticos.

    Mientras todo esto sucedía, el matrimonio fue informado que su Health Care se había vencido el pasado 12 de septiembre. Una mujer del hospital estaba forzando a que Elizabeth firmara un documento para responsabilizarse de la cuenta, que para el momento del alta de la niña, ya ascendía a los 46 mil dólares.

    Posteriormente, una trabajadora de Health Care se comunicó con Elizabeth para informarle que le daban solo cuatro meses para pagar el dinero, de lo contrario se comunicarían con emigración para que detuvieran la aplicación de residente.

    Esta noticia fue un gran golpe bajo para el matrimonio Ortiz Acosta, ya que desde que aplicaron para residentes y tras el vencimiento del Permiso de Trabajo de Aldo, solo estaban viviendo de los ahorros que juntaron en los años anteriores.

    Emily Acosta, requiere 60 mil dólares para otras dos operaciones

    Desde entonces han buscado ayuda en diferentes organizaciones gubernamentales y religiosas, pero, ninguna se las ha prestado, los únicos que han dado su grano de arena, son sus amistades. Sin embargo, las facturas de gastos son muchas, nada más el pago al hospital son 500 dólares mensuales.

    Aldo manifiesta sentirse entre la espada y la pared, ya que si busca empleo estaría incumpliendo la ley, por lo que perdería su aplicación para residente. “No puedo trabajar, pero igual mes a mes debo pagar los gatos de la familia, hogar y vehículo, es insostenible”.

    Elizabeth y Aldo, ni su abogada se explican como es que Emily perdió sus beneficios como canadiense, ya que indiferentemente de que sus padres sean de México, ella nació en Canadá.

    Otra interrogante que tienen es por qué su hija aún recibe terapias de lenguaje, fisioterapia, junto a otros servicios dependientes del Gobierno, y por qué no se le cubrió la cirugía que recibió de emergencia.

    Para poder solventar los gatos de manutención de la familia, Aldo y Elizabeth han tenido que vender una a una sus partencias, sin embargo, el dinero que entra solo sirve como pañito de agua tibia.

    Emily tiene programadas dos cirugías dentro de un mes, ya que su brazo aún no está bien, lamentablemente, tendrán que ser canceladas porque la familia no tiene 60 mil dólares para costearlas.

    Aldo explica que ni aún teniendo tres empleos podría juntar esa cantidad de dinero en tan poco tiempo, y mucho menos con la deuda que ya recae sobre la familia.

    Nota: La familia Ortiz Acosta acudió a este medio con la fe y esperanza de que su historia pueda llegar a algún ente gubernamental que pueda ayudarles, si usted querido lector tiene esa posibilidad, ellos se lo agradecerán, en especial la pequeña Emily.

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