Procrastinar significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. Procrastinar es una forma de evadir, usando otras actividades como refugio para no enfrentar una responsabilidad, una acción o una decisión que debemos tomar.
Durante siglos, la humanidad ha procrastinado su evolución, evadiendo su verdad profunda, atendiendo a factores que se les ha puesto enfrente como parte de una entretención magistralmente creada, para mantenerla en un sueño constante, bajo la hipnosis de lo que es aparentemente verdadero.
Ahora bien, ¿qué es lo verdadero?, según las imágenes implantadas en el subconsciente colectivo, lo verdadero estaría condicionado a ser parte de un clan, de un grupo social, de pertenecer a un grupo etario, o bien económico, físico o energético, grupos que definen en su interior cual o cuales son las reglas a seguir, mas todo aquello es tan solo una imagen holográfica de lo que es realmente verídico, lo que constituye una falsedad de grandes proporciones.
Pues la verdad, como lo hemos mencionado tantas veces, no se encuentra en lo externo, más bien se encuentra en la profundidad de cada uno, todo lo demás, son las reglas de conductas motivacionales o no, que son parte de un determinado nivel de aceptación y de saber que se es perteneciente a un entorno que lo aprueba y que, o lo magnifica o lo disminuye, mas siempre dependiendo de factores externos.
Un ser que ha desarrollado su capacidad de reencuentro con su espíritu, deja de participar en el colectivo inconsciente, bajo las normas de un sistema, sigue sus propios mandatos y designios, sin que por ello tenga que sentirse desaprobado, pues la primera aprobación, proviene de sí mismo, sabiendo que cumple con todo lo trascendente, pues se respeta y a la vez respeta a la vida toda con sus componentes y por ende, deja de procrastinar.
Gradualmente se ha ido reseteando el programa que se había establecido en el alma colectiva de la humanidad. Hoy por hoy, esta misma ha despertado, ha ido logrando grandes y primordiales objetivos, como es el hecho de saber que para ser grande, no depende de otros ni de factores foráneos, tan solo depende de su propia y real voluntad de asumir que es un ser maravilloso, lleno de talentos y que puede confiar en su verdad profunda, sin temor a ser engañado, pues su mirada esta expandida y es ampliamente demostrable que puede tener efectos inmediatos, en la medida que sabe co crear sus nuevas realidades.
PAOLA RIOSECO PRADO
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