El Día de Acción de Gracias, más que cualquier otra festividad, se trata de comida: un pavo, papas, verduras, vino y postres. Y muchos de nosotros terminamos comiendo mucho más de lo normal, y luego nos derrumbamos exhaustos en el sofá para digerir.
La sobrealimentación masiva no es buena para nosotros, obviamente, pero el exceso de comida en una cena no es probable que tenga más efectos a largo plazo para la salud que un malestar estomacal, según la dietista registrada Susan Macfarlane.
Asimismo, explica que muchas personas construyen las vacaciones en sus mentes, planificando cuidadosamente los alimentos que pueden y no pueden comer y exactamente cuánto comer, solo para descubrir que estos planes salen por la ventana cuando alguien abre otra botella de vino u ofertas una segunda rebanada de pastel.
Luego, al día siguiente, se sienten culpables por haber comido demasiado. La dietista registrada Andrea D’Ambrosio indicó que muchos de sus clientes llegaron después de las vacaciones sintiéndose derrotados. Esto puede hacer que las personas sientan que han arruinado completamente sus dietas y que las abandonen por completo hasta el nuevo año.
Esto es parte de lo que D’Ambrosio llama la mentalidad de “todo o nada”, donde las personas luchan por la perfección, que es inalcanzable, y luego, cuando fracasan, retroceden por el otro camino hacia la indulgencia excesiva.
Lo que importa no es tanto una sola comida, sino sus prácticas alimentarias saludables día a día, dijo Macfarlane. “Acción de gracias no es el problema. Todos los días entre Acción de Gracias son el problema”.
Las especialistas recomiendan quitarse la presión y acercarse al Día de Acción de Gracias como si fuera cualquier otra comida. Eso significa que no ahorrarás calorías para la comida, lo que te dejará con hambre y propenso a comer aún más en la cena.
Comer un desayuno y un almuerzo normales como cualquier otro día lo ayudará. Así sería dividir su plato en mitad vegetales, un cuarto de almidón y un cuarto de proteína, lo mismo que ella recomienda para cualquier comida.
En los días posteriores, simplemente vuelva a sus hábitos alimenticios saludables y no intente compensar comiendo menos. Eso solo contribuirá al ciclo de comer en exceso y subestimar. Y si tienes sobras en tu refrigerador, no te sientas presionado a comerlas si no quieres.
En pocas palabras: si comes demasiada cena de Acción de Gracias, no va a causar un daño irreparable a tu rutina de alimentación saludable durante el resto del año.