Ayer tenía muchas tareas pendientes, logré concretar algunas, sin embargo, cuando tengo que sentarme frente al computador, encuentro que no surge ninguna inspiración para escribir sobre ningún tema. Por más que pensé, investigué e intenté crear, no emergía nada.
De alguna manera, permití que ese estado se mantuviera y manifesté en mi página social esta falta de interés. Lo increíble es que recibí una respuesta que escribiera con relación a esa desmotivación que estaba sintiendo, entonces me surgió la idea de plantear sobre el tema y ampliar el concepto.
¿De dónde proviene la inspiración?, me cuestioné, entonces tomé conciencia de que la una no existe sin la otra, es decir, si no hay una motivación en nuestra vida, la inspiración desaparece casi por completo.
No cabe duda, el mayor detonante que puede manifestar un ser humano para concretar ya sea una idea, un proyecto o cualquier condición que quiera realizar, necesita una base donde sustente su hacer.
Para ello, lo primero que hemos de analizar, es de donde emergen nuestras intenciones, aquellas ideas que son relevantes para un buen desempeño en nuestras labores, ya sean cotidianas o circunstanciales. Podríamos decir que se sustentan con base en aquello que se supone conocemos.
La pregunta es ¿Qué sucede cuando intentas realizar algo que no conoces?, quizás la primera reacción sea de temor, miedo o paralización, pero si seguimos el recorrido y vamos más allá hasta atrevernos a encontrar un punto de equilibrio y decidimos aprender de aquella experiencia, entonces se manifiesta la primera motivación. Luego, de ahí comienza el otro proceso, viene la inspiración, pues mágicamente comienzan a surgir las ideas que permiten expandirse más y más, hasta alcanzar el logro o éxito, teniendo un resultado concreto y en ocasiones, hasta ideal.
¿Cuántos genios no han traspasado las barreras de sí mismos y han logrado grandes resultados para la humanidad?, pues si nos aplicamos, podemos llegar a alcanzarlos, tal vez no en la misma dimensión, quizás en otra, pues entre la motivación y la inspiración, emerge la genialidad, aquella que nos ofrece la tremenda opción de abrir caminos tanto individuales como colectivos.
Entonces, si en un momento no encuentra su inspiración, no se preocupe, no por eso va a perder su vida, simplemente deje que pase un tiempo, dese el espacio para vaciar su mente y luego, permita que vaya surgiendo lo que se encuentra en su corazón, verá como sin darse cuenta, lograra un gran resultado.
PAOLA RIOSECO PRADO
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