A lo largo de la historia y con el avance de la tecnología, la vida del ser humano se ha convertido en una constante demanda, ya que cada acción que se realiza, requiere de un saber necesario, pues claramente el conocimiento se supone que entrega poder. El punto en que en todo este proceso, para enredar el camino, se ofrece una enorme cantidad de conceptos, que en lugar de simplificar, convierten ese caminar en un intríngulis que no tiene pies ni cabeza.
Y todo esto es parte de esta famosa ingeniería social, donde mientras más complejo y más complicado sea el tema, más se pierde el fondo de lo que se quiere obtener y la nebulosa mental que se obtiene, claramente está asegurada o sirve para descartar lo que se está desarrollando o bien meterse a fondo e intentar desenredar hasta el punto en que se encuentre el hilo conector para finalmente conseguir aquello que se quiere lograr.
¿Cuál será el real propósito de complejizar tanto la vida? Sin duda que existe algo detrás de todo esto, y a mi entender, es que estemos siendo constantemente entretenidos al intentar buscar respuestas por fuera que no conducen a ninguna parte, pues claramente todo lo externo está sustentado en hipnotizar los sentidos, atrapando a la humanidad en una falsa expectativa de progreso y de esa manera se va dejando de lado lo verdaderamente trascedente, que es la búsqueda real en la simpleza que va más allá de los cinco sentidos físicos que se conocen.
La trampa consiste en poner la mayor cantidad de obstáculos para perderse lo más posible y así de desviar la atención de lo más importante, que es uno mismo, que es la verdadera búsqueda en la simpleza de la expresión del alma, de la expresión del espíritu, sustentado en el flujo más importante y bello del ser humano, la esencia pura del amor.
Teniendo claridad sobre esta complejidad, la fórmula es desarrollar la capacidad de abstraerse de los factores foráneos e introducirse en la simplicidad de la vida, donde la naturaleza habla, donde el corazón define y se manifiesta con claridad en cada uno de los mensajes que nos entrega.
Si bien es cierto que el conocimiento entrega libertad, mas también dicho conocimiento ha sido manipulado para no ser entendido, llenándonos de fórmulas extrañas, que solo complican la existencia en circunstancias que la verdadera sabiduría se encuentra en las cosas simples de la vida, especialmente cuando esta es bien aplicada.
PAOLA RIOSECO PRADO
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