Una poderosa tormenta de invierno desató aludes de lodo en las áreas de quema de incendios forestales del sur de California y a los automovilistas atrapados en una carretera principal.
El diluvio del sábado aflojó las laderas donde se vivió un incendio el año pasado en Malibú y sus alrededores, que obstruyó la carretera de la costa del Pacífico con barro y escombros.
Se esperaba que un tramo de la ruta escénica al noroeste de Los Ángeles permaneciera cerrada en ambas direcciones hasta el lunes, mientras que las cuadrillas remolcaban los vehículos atascados y despejaban los carriles. No se reportaron heridos.
Un pluviómetro automático en el oeste de las montañas de Santa Mónica mostró casi tres cuartos de pulgada (casi 2 centímetros) de lluvia en una hora, dijo el Servicio Nacional de Meteorología.
Hasta 1 1/2 pulgadas (3.8 centímetros) de lluvia cayeron en las zonas costeras y valles, mientras que las comunidades montañosas acumularon fuertes nevadas.
Los vientos fuertes y los árboles caídos dejaron sin electricidad a por lo menos 20,000 clientes en la región de Sacramento el domingo por la noche. El Servicio Nacional de Meteorología dijo el domingo que los vientos soplaron hasta 49 mph (79 kph).
Los avisos y advertencias de inundaciones repentinas finalmente se levantaron para las áreas quemadas por los incendios que quemaron más de 155 millas cuadradas (404 kilómetros cuadrados) de hectáreas de arbustos y madera en noviembre, destruyeron aproximadamente 1,600 estructuras y se cobraron tres vidas.
Hacia el norte, el viento y la lluvia obligaron a retrasos o cancelaciones de vuelos desde el Aeropuerto Internacional de San Francisco por un segundo día. Un aviso de viento estuvo en su lugar hasta las 10 p.m. del domingo.
Un sistema fuerte trajo vientos que registraron ráfagas de aproximadamente 60 mph (96 kph) en el aeropuerto Sea-Tac en Washington, dijo el Servicio Nacional de Meteorología de Seattle. Decenas de vuelos en la región fueron cancelados o retrasados.
