Durante siglos, la humanidad se ha sentido en una constante derrota; y no solo en un aspecto social, sino en el plano personal, donde ha tenido que liberar una lucha constante por su propia supervivencia.
Existen países que definitivamente están esclavizados en un comercio desmesurado, generando cada vez mayores necesidades en el subconsciente colectivo a través de la publicidad o en el marketing. Este último estudia las conductas humanas y postula por la carencia, para determinar en qué área puede inventar o introducir un artículo, o un elemento que sea fácilmente vendible y que a la vez se convierta en una necesidad de primera instancia.
Es lo que ha ido sucediendo con el avance tanto de la tecnología, como desde el punto de vista social. Mientras mayor es el crecimiento, mayor es la carencia impuesta; ahora bien, si lo vemos desde otra perspectiva, el ser humano debería sentirse completo por sí mismo, sin necesariamente ser tan consumista.
Asimismo, no se trata de llegar a la simplicidad absoluta, siempre es necesario tener un perfecto balance entre un punto u otro, tan solo ir logrando un equilibrio y saber que todo aquello que es suntuario, es solo un adorno y aunque sea bello, no necesariamente tendríamos que sacrificarnos en extremo para obtenerlo.
La idea es llegar al punto exacto donde sintamos que podemos tenerlo todo sin esfuerzo, más que ese todo no nos esclavice, que sea como un gran acto de libertad y de generosidad con uno mismo. Se nos ha enseñado que para lograr cualquier objetivo hay que “sacrificarse”, lo que implica un esfuerzo extremo, sin darnos cuenta de que, a través de esa vía, gastamos una cantidad de energía impresionante, quedando con grandes vacíos y agotados.
El sabor de la victoria es cuando descubrimos que tenemos grandes opciones de enfocar la atención en un objetivo, generar la idea y darle forma en nuestra mente. Una vez realizado este acto, lo implantamos en nuestro subconsciente y lo decretamos en voz alta, luego lo lanzamos al universo y lo dejamos que se plasme solo, de esa forma no existe desgaste, tan solo hay que tener paciencia para esperar el resultado, el punto es que muchas veces no se plasma, porque las personas quedan pendientes e impacientes y eso mismo bloquea la energía.
Recordemos, si queremos ganar, aprendamos a hacerlo. No se desespere, la paciencia es un don maravilloso que permite que todo se cumpla en la medida que dejamos los espacios para que se logre por sí mismo.
PAOLA RIOSECO PRADO
